25 diciembre 2007

La puerta roja


Esta vieja puerta roja ya no existe. Existió, y no pude evitar fotografiarla (¿te acuerdas, Daniel?). Hace unos días, volví a pasar por la misma calle, y me encontré con lo que queda de ella: nada.

El fuego la ha consumido. Podrán colocar una puerta nueva, pintarla de rojo, buscar un golpeador similar, pero ya nunca será la misma.


A lo largo de nuestras vidas, pasamos al lado, a menudo muy muy cerca, de algo por lo que merece la pena detenerse. Si no lo hacemos, quizás nunca volvamos a encontrarlo, porque puede dejar de existir.

Fotos: Juanjo, la puerta roja, antes y después.