19 julio 2010

Tristeza

Tristeza es un fin de semana a oscuras, en una casa cerrada. Tristeza es temblar al recordar lo que se ha perdido, sin haber llegado a tenerlo, es sentir un escalofrío gélido que te paraliza los huesos, mientras el termómetro marca cuarenta grados a la sombra.

Tristeza son tres botellas vacías de Jack, una canción que se repite una y otra vez, y un sofá que se aburre. Tristeza es despertarte asumiendo que acabas de salir de un sueño.

Tristeza es ponerle un silenciador al corazón, es ponerse un bozal para no dar besos, tristeza es la censura impuesta, pactada sin estar de acuerdo, es comerte las palabras que no se deben decir.

Tristeza es el recuerdo de una tarde, de una noche, de un momento, de una mirada, de un beso. Tristeza es que te ardan las yemas de los dedos cuando estás a su lado, teniendo que resistir una fuerza de atracción un millón de veces superior a la de la gravedad.

Tristeza es un batido de colacao que no puedes compartir, es una golosina que se seca, tristeza es un regalo envuelto, guardado en un cajón.

Tristeza es el poder de la razón sobre los sentimientos, cuando no necesariamente la razón dicta lo más razonable.

Tristeza es una huelga de guitarras que no quieren bailar, tristeza es el sonido de un piano que nadie llegó a escuchar.

Tristeza es tener hambre, sed, dolor, tristeza es no dormir, tristeza es pasar los días luchando contra una lágrima, tristeza son unos ojos que van dejando de brillar, es el asesinato de una sonrisa.

Tristeza es pensar en él, con ella, tristeza es pensar en ellos dos, tristeza es imaginar.

Tristeza es un gato callejero tiritando, empapado, bajo la tormenta. Tristeza es escribir sobre la tristeza, cuando se está triste.