15 octubre 2006

El recreo

Este relato fue publicado en una revistilla que hice, tiempo atrás. Lo he recuperado en el Diario de un Gato Callejero, para compartirlo con quien quiera asomarse por aquí. Algunas amigas blogueras ya lo han leído recientemente, por mail.
Está dedicado especialmente a alguien que no entiende que no hay mayor dedicatoria que la que firmo con mi sangre en cada uno de mis actos, y eso es mucho más que una simple cita impresa en una revista que ya ha muerto, a diferencia de mi corazón que sigue latiendo con fuerza, porque ella, la ardillita rebelde, me hace sentir muy vivo.
El Recreo
Salieron atropelladamente al patio del colegio. A, E, I tomaron el lugar más alto de las gradas de la cancha de deporte. O, ligeramente obesa, las alcanzó con esfuerzo. "Cada día estás más gorda" dijo A, con altivez. A era arrogante, autoritaria. Se sabía la primera y explotaba su privilegio sobre las demás vocales. Formaban un grupo de élite. Se veían a si mismas imprescindibles. E, siempre a su lado, iba por la vida de elegante: se sentía especial. en cuanto a I, hubo rumores -sin confirmar- sobre una posible anorexia, pero la comidilla de los alumnos era su conocida rivalidad con la griega, la Y. "Idioteces" contestaba sin darle importancia, inclinando la tilde sobre su cabeza para parecer más interesante. "Soy mucho más inteligente. Esa extranjera, además, me resulta indiferente".

La pobre Y no conseguía adaptarse. Tenía enemigos por todas partes. La LL, por ejemplo, no podía verla. "Cuando veo a esa griega come-yogures, me dan ganas de llorar". El cielo amenazaba con llover.
Su única amiga era Ñ. Ñ sabía lo que se sentía al ser despreciada en el extranjero, donde las letras se daban la vuelta a su paso, criticando su aspecto. Ñ era diferente. Siempre estaba de coña, y no le permitía a Y sus ñoñerías. "Pasa de ellas, como de la LL", aconsejaba a su amiga. Eran inseparables, aunque sabían de sobra que, en el futuro, jamás estarían juntas en ninguna palabra. Y Ñ no volvería a salir al extranjero, por su seguridad.

El colegio forja amistades que no son fáciles de entender. Por ejemplo, lo de B y V, visto desde fuera, no tenía explicación. B era burra y basta. V, por el contrario, era una auténtica virgencita nada vulgar. Lo que nadie sabía, es que ambas eran lesbianas. No por vicio, más bien por amor, del bueno.

En un rincón del patio, J ensayaba bailes tradicionales de su tierra, mientras L le daba ánimos. "Ele, ele, así se baila. ¡loba! ¡que eres una loba!". J se jactaba de ser la más juerguista y la más joven. No le faltaba razón, era la más jovial. Se pasaba el día riendo. "¡Ja, ja! Para, L. ¡Qué jaleo!". L era la compañera perfecta, lanzada, y algo loca.

En silencio, H paseaba con C, cogidas de la mano. H se sentía muy desdichada. "H, eres alguien. Existes. Y juntas, somos las más chulas". H no era capaz de ver su propia hermosura. Se sentía aspirada, cuando estaba en compañía de otras letras y no estaba C para apoyarla. C la trataba con tanto cariño…

Se cruzaron con P, R y T. Estas tres pertenecían al grupito de las mayores. P era pedante y pretenciosa. "Soy perfecta". Esa actitud le daba mucha rabia a R, que todavía le guardaba rencor por una vieja rencilla. "Mira P, no te llamo puta, por no usar tu letra. Pero eres una zorra". "Calma", sentenció T, con su habitual tranquilidad. T era tan equilibrada, templada, tenaz… aspiraba a ser contable de mayor. "Separaré debidamente el Debe del Haber, las veces que haga falta". "Tú eres tonta", replicó R sin ruborizarse.

Paradójicamente, la más solitaria era S. A pesar de su sensibilidad y sencillez (quizás por eso mismo). Algunos la deseaban por la sensualidad de sus curvas. Pero ella sabía que su destino estaba escrito desde su nacimiento. Formaría, al final de las palabras, el equivalente a un grupo, a varios individuos, a un colectivo, al plural. Ella, que prefería estar sola, pasaría el resto de su vida pluralizando el singular.

Mucho más resueltas eran M y N, hermanas mellizas -no gemelas-. M mandaba sobre N, que era un poco nula. M y N aspiraban a ser, de mayor, parte de la misma mano. Sin manías, eran las dos muy monas.

D solía desaparecer. Era dubitativa, parecía desdichada, pero en realidad, D sentía desdén hacia los demás.

G y Q, grandes y redondas, contaban con un inusitado aliado: una vocal, la única en todo el Universo, capaz de cambiar, según su ubicación, la fonética de G. La única capaz de dar sentido a la existencia de Q. Generosa y con un gran corazón, G defendía a U del ataque de las demás vocales. Y Q, por su dependencia de U en todos los casos, era muy querida, era como una quimera de las letras. Era el Qué y el Quién.

Z, que era zurda, intentaba con zalamerías convencer al grupo de las siniestras, las raras del colegio, para que le permitieran formar parte de la banda de las inadaptadas. K la escuchaba con atención: "Mira, yo estoy harta de C. Entre las dos, podemos sustituirla. Te aceptamos." Y así, fruto de una extraña conspiración, Z, K, W y X improvisaron un mini-botellón con kilos de comida, whisky y algunas revistas X. Escucharon canciones de Ketama, de los Who, de Gen-X y el Ziggy Stardust del genial David Bowie.

Y sonó la campana.

Lentamente, volvieron a clase, sin ganas. Eran tiempos de colegio y de estudios. Eran tiempos de futuro incierto.

Mañana, ocuparían su lugar en miles de palabras. Algunas alcanzarían cargos ilustres, como un sillón en la Academia, o un puesto importante en una enciclopedia. Otras se quedarían en simples letras intercambiables para rótulos luminosos, o en funcionarias de Telefónica, trabajando toda su vida en las Páginas Amarillas.

Pero eso sería después. Ahora, todas sentadas, asistían a una pesada clase de matemáticas, la asignatura más odiada.

Alto. Un momento. ¿No veis que falta una letra? ¿Es que nadie se ha dado cuenta? La F. La F de Francia, de fonema, la F femenina, ¿Dónde se ha metido la F?

Está aquí. Era necesaria para decir que este relato corto ha llegado a su FIN.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

O será que faltó porque la F, la tan buscada, la más solicitada casi nunca llega. F que escribe felicidad.

Besos y alfabetos

17 de octubre de 2006, 21:20  
Blogger M.G.G. said...

Muy ingenioso!!
Feliz finde

21 de octubre de 2006, 20:30  
Blogger loveless said...

Divertido e ingenioso. Me gustaría leer más…espero nuevas entradas.

Un beso

26 de octubre de 2006, 0:06  
Anonymous Anónimo said...

sí q hay alguna q nos suena.. gracias d nuevo.. besos

12 de noviembre de 2006, 5:39  
Blogger Conciencia Personal said...

Leo "La historia de las letras" por un trabajo antropológico que me ocupa, y con la sonrisa de una niña e ingenuidad, tu narración es más que extraordinaria, creativa y sublime...Me deja un suave sabor a caramelo....¡Gracias!

5 de diciembre de 2008, 6:50  

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