09 octubre 2006

El beso


Llevábamos toda la noche hablando, y los relojes, aburridos, se habían ido marchando hasta dejarnos solos. El que más tardó fue el despertador, programado para marcar el fin del sueño. Sonó hasta cansarse, y desistió, dando un portazo al salir. Ya sin relojes, las velas empezaron a bostezar, mientras nuestras palabras se atropellaban cariñosamente. Las dos botellas de vino, vacías, descansaban en silencio, junto a alguna prenda de ropa que, como en una fiesta, dormía su resaca por los rincones. Nuestros cuerpos estaban tan pegados que la piel hacía esfuerzos por respirar, y llegó el momento en el que las palabras también se retiraron, de puntillas para no hacer ruido. Inesperadamente, ella tomó mi cara con sólo dos dedos, como para apuntar con seguridad y no errar en su disparo. Miró detenidamente mis labios, los acercó a los suyos y nuestras bocas se abrieron lo justo para que nuestras lenguas se conocieran al fin personalmente, excitadas por la humedad que reinaba en el ambiente, una humedad que liberó de repente toda la fuerza contenida del tiempo transcurrido, sacando nuestros cuerpos y nuestras almas de la esclavitud, en una entrega absoluta. Los relojes, que ya estaban a varios kilómetros de allí, oyeron nuestros gemidos, y algunas luces del vecindario se encendieron en la ciudad callada. Algunos gatos maullaron.
Agotados, nos dormimos. Al despertar, me pidió que le contara un cuento, y le quise contar veinte, pero no pude terminar la palabra "fin" del primero, cuando de nuevo me silenció con otro beso en los labios.

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Veo q este gato encontro compañia
Muy bonita la historia

Un besin

9 de octubre de 2006, 15:28  
Blogger Gacela said...

A veces me pregunto si los relojes tendrán alergia a los besos, porque siempre huyen antes de que éstos vengan...

Será por eso que los besos no tienen prisa de irse... :-)

9 de octubre de 2006, 18:23  
Anonymous Anónimo said...

Es muy hermoso sentir así algo tan sencillo y tan grande como un beso... Así vale la pena olvidarse del tiempo, del mundo, de todo...

11 de octubre de 2006, 14:29  
Blogger Isthar said...

:´)

11 de octubre de 2006, 17:32  
Anonymous Anónimo said...

a los relojes... hay que desterrarlos

12 de octubre de 2006, 0:15  
Blogger DudaDesnuda said...

El placer es anterior, después vienen los relojes. Si ésa boca logre que los ignores, casi serás feliz.

Besos sin horas.

15 de octubre de 2006, 5:47  
Anonymous Anónimo said...

q bonito, esto sí q me ha dejado sin palabras... besos

12 de noviembre de 2006, 5:31  

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